CORTO Y CAMBIO

SE ACABÓ EL VERANO Y SE ACABÓ EL BLOG.
SOLE Y YO SOBREVIVIMOS A LAS ALTAS TEMPERATURAS DE MADRID
Y AHORA SEGUIMOS INMERSAS EN NUESTRAS BATALLAS.
EL BLOG SE VA DE MUDANZA.
EMIGRA.
COMO YO...

ESTOY DE CAMBIO.
EN BÚSQUEDA.
DECIDIDA A ENCONTRAR EL PLAN B DE MI VIDA.
ESTOY EN ELLO.
Y LO CONTARÉ EN UN BLOG.
EN OTRO BLOG.

EN CUANTO LO ABRA... OS LO BLOGGO.

MIENTRAS TANTO...

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS
POR TAAAAAAAAAAAAAAANTO APOYO

INÉS- TICKETS RESTAURANTE- 1 SEPTIEMBRE

La vida son momentos. Instantes. Grandes acciones que van escribiendo nuestra historia. Algunas pequeñas. Otras heroicas. Insignificantes. Rutinarias. Maravillosas. Muchas veces tan solo diferentes. O innovadoras. Despreciables. Memorables. Instantes al fin y al cabo. Y al fin y al cabo también en la vida de cada una tiene que haber un poco de todas. Tutti frutti de momentos.

Para mi son importantes los ceremoniales. Los que marcan diferencia. Los que cambian ritmos. Situaciones. Desde pequeña le doy importancia a las pequeñas ceremonias personales de tránsito. Rituales que te hacen saber que el tiempo pasa y que las cosas serán diferentes. Así  una pareja no deja de ser pareja para mí hasta que no borro su número del móvil. Esa es la ceremonia. Click. Pulgar en tecla. The End. Antes existe, pero después de darle al -delete- (por mucho que cueste) sabes que se acabó. O lo contrario, sabes que estás perdidamente enamorada cuando por la mañana, con sueño, remueves el café enredada en su mirada. Ahí estás perdida. Y no cuando esperabas su mensaje. Y no cuando buscabas una excusa absurda para quedar. Ahí todavía hay remedio. Pero por la mañana, café en mano, si te metes inconsciente a pensar en su sonrisa, se acabó. Te has enamorado. Fin.

Por todo eso. Por vivir los instantes como ceremonias, el final del verano también lo tengo marcado. Y no es el día que para dormir cierro la ventana. O el que no encuentro sitio para aparcar donde antes elegía dónde dejarlo. Se acaba el verano cuando vuelve la jornada completa. Da igual si es el 1 o 15 o 18 de septiembre. La fecha da igual. El día que pierdes la siesta: se acaba el verano.
Hoy escribo resignada. Triste estuve la semana pasada pensando en este momento. Hoy ya me resigno. Mi reloj marca las 17.39 y hasta ayer hacía ya mucho que estaba lejos de la oficina. Comida. Siesteada. Descansada. LIBRE. Hoy pierdo la batalla del tiempo. Saldré a las 7 de la tarde como una bala a los brazos de una amiga, una terraza y una cerveza con limón. Que aunque sea en una terraza, mis ceremonias y yo sabemos, que el verano 2011, llegó a su fin porque hoy empecé la jornada completa.

DESCANSE EN PAZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario