CORTO Y CAMBIO

SE ACABÓ EL VERANO Y SE ACABÓ EL BLOG.
SOLE Y YO SOBREVIVIMOS A LAS ALTAS TEMPERATURAS DE MADRID
Y AHORA SEGUIMOS INMERSAS EN NUESTRAS BATALLAS.
EL BLOG SE VA DE MUDANZA.
EMIGRA.
COMO YO...

ESTOY DE CAMBIO.
EN BÚSQUEDA.
DECIDIDA A ENCONTRAR EL PLAN B DE MI VIDA.
ESTOY EN ELLO.
Y LO CONTARÉ EN UN BLOG.
EN OTRO BLOG.

EN CUANTO LO ABRA... OS LO BLOGGO.

MIENTRAS TANTO...

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS
POR TAAAAAAAAAAAAAAANTO APOYO

INES- MADRID ENTRE ESCAPADAS- 16 AGOSTO

No sé qué le pasa a mi oficina, pero cuando salgo a la calle a fumar, cuando me alejo de la mesa, el flexo y el teléfono con la extensión 158 escrita encima; y salgo a fumar… LLEGAN LAS IDEAS. Luego vuelves, ansiosa por ponerte a escribir, por hacer las miles de cosas que se te han ocurrido en la calle… Y TODO SE PARA... Ideas cero. Hoja en blanco. Y no sabes qué hacer. Y abres el blog...
Quizá también es que hace exactamente 17 horas y veintidós minutos estaba en el mejor chiringuito de playa descubierto este verano…  En bañador y con el mar delante. Música. Granizado de limón con un toque de ron. Un espectáculo de gente a mi alrededor. La mejor compañía y lejos de este escritorio. 
Desconectar es demasiado fácil. No hace falta siquiera llegar al destino playero. Ni subirse al coche. La sola idea de salir de Madrid hacia la playa, ya te hace desconectar. Volver también es rápido. Sin darte cuenta te ves en  tu habitación de Madrid con arena en la orejas poniendo el despertador para llegar hasta tu flexo, tu mesa desordenada y tu extensión 158 (que como es 16 de agosto no sonará en todo el día). Y merece la pena. Merece la pena porque desconectas, le haces una trampa al verano de Madrid y le robas un rincón en el mejor rincón playero de España para sentirte sin horarios, casi desnuda y a punto de cenar pescadito frito en una terraza del paseo marítimo. 
Salir le da color a la ciudad. Parece que mientras estaba buceando en el mediterráneo han venido un montón de gente con lápices ALPINO y han estado dándole de verde al retiro. Y de amarillo fueeeeeeeeeerte al sol. Y de morado a mi calle. Y de rojo a mis ventanas. Y de gris a la oficina. Y entre tanto color piensas que Madrid te estaba esperando, y que así  llegar a Madrid no es mas que quedarte otro rato por sus calles antes de volverte a ir. ¿Mientras? Mientras todavía tengo las calles vestidas de terrazas con cervezas refrescantes. El retiro. Amigos fieles que capean el verano en la ciudad igual que yo. Un encuentro surrealista de jóvenes que vienen a ver al Papa y calor... muuuuuuuuuuucho calor.

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